En la mágica atmósfera navideña de Maracaibo, un susurro de remembranza se desliza entre las risas y los anhelos: el Grand Prix de Carritos YMCA en La Cotorrera.
Pocos lo recuerdan, pero cada noviembre renace la tradición que une corazones en una carrera de ingenio y destreza, donde los carritos artesanales, vestigios de la creatividad local, surcan la pista con la brisa alegre de la ciudad.
Es una competencia con desfile de colores y sueños que arrastra a generaciones, un canto atronador que revive la esencia de la ciudad en cada carrera. Así, entre risas y aplausos, la memoria de un evento que trasciende en el tiempo se convierte en un festín de alegría y camaradería.
Hace más de 60 años, los carros, en su mayoría hechos a mano por artesanos marabinos de Los Haticos, La Limpia, La Trinidad y otros sectores de la ciudad, le dieron forma y vida a esta práctica deportiva y recreacional.
Cada año, la concreción del Gran Prix depende de la participación de marcas y empresas. La carrera YMCA se suspendió durante cinco años desde 2017 a 2022. Sin embargo, el empuje de la comunidad y el empresariado logró rescatar la tradicional contienda en 2022.
Ahora, todos aportan su grano para realizar un evento de altura. En 2023 se corrió la edición 61 y la número 62 surcará la avenida El Milagro este 2024.
Todos participan, todos ponen
Aunque sigue siendo en el mismo lugar, “las características de la pista han cambiado con el tiempo, porque la inclinación ha disminuido y por eso, la altura de la rampa que impulsa por gravedad a los carritos ha cambiado”, relata Víctor Quintero, director del YMCA Maracaibo.
Con alegría resalta que siempre hay receptividad por parte de varias empresas que auspician la carrera. “Hemos tenido muy buenos resultados al momento de contactar empresas y negocios, tanto nuevos como antiguos”, afirma el director del YMCA Maracaibo.
Más que una tradición, esta actividad tiene como fin integrar al niño, la familia, la empresa y la comunidad en tareas recreativas, deportivas e infantiles, consiguiendo el fortalecimiento e los lazos fraternos y la competitividad.
“Esta actividad tiene carácter social, deportivo, familiar y recreativo. Busca integrar a la familia mediante la fabricación de un carro, pero la empresa también juega un papel importante por el renacer de una nueva Venezuela”, recalca Quintero.
En las carreras de carritos YMCA no solo el piloto juega un papel principal en la competencia, también forman parte fundamental todos los que participan en este evento y que, de manera simbólica, van tomados del volante del pequeño automóvil.
Bólidos imparables
El Grand Prix YMCA es una contienda anual de carritos artesanales elaborados con madera o fibra de vidrio. Hasta un total de 30 bólidos participan cada año en dos categorías: la junior, para niños con edades comprendidas entre 8 y 12 años, y la sénior para los de entre 12 y 15 años.
En cuanto a las características de la pista, originalmente era de una longitud de 300 metros con una rampa de salida de 1.50 metros de altura. La competencia se realiza en la avenida El Milagro, saliendo desde el antiguo consulado de Colombia hasta la sede del YMCA, sector La Cotorrera.