“Perfecto solo es Dios”, recalca a cada paso el cirujano plástico Daniel García. Sin embargo, bastante empeño le pone a su tarea de retocar un poco la obra maestra que representa cada ser humano en este mundo.
Vestido con un halo de calma y su atuendo de cirujano entra al área de quirófanos. Saluda al personal que lo acompañará en esa jornada y de inmediato se presenta ante la primera paciente del día, una joven citadina vestida solo con bikini y unas pezoneras.
Daniel García va directo al grano. Explica al personal el procedimiento que le ocupará las próximas dos horas, mientras va trazando líneas negras sobre el cuerpo de la muchacha que tiembla un poco por el frío.
“Quiero que mis pacientes consigan en mí a un amigo, alguien que las orienta y está preparado para lo que buscan”.
Días atrás, en su consultorio, el cirujano plástico hablaba del compromiso que significa su relación con cada paciente. “Es importantísimo, porque esta persona está confiando en mí los cambios que quiere hacerse y me escogió entre tantos médicos buenos que hay en la ciudad”.
Por eso se toma tan en serio su labor y va impartiendo recomendaciones mientras se lava minuciosamente las manos. Hace pausas, refriega cada dedo y al finalizar el aseo guarda silencio mientras su asistente le pone la bata y los guantes. Ya está listo y manos a la obra.
“Dios supo a dónde me iba a mandar”
En el quirófano todo está organizado y dispuesto. La paciente duerme sobre la mesa de operaciones preparada para una liposucción, lipotransferencia a glúteos y un aumento de senos.
Antes de comenzar, el médico se asegura de que inicie el playlist de la jornada. La voz de Luis Miguel inunda la sala: “bésame, bésame mucho…” y la canción logra diluirse con el ruido de los aparatos.
Con mucho orgullo cuenta que nació en Maracaibo, en el Hospital Central el 8 de enero del 1980 y tiene 44 años. “Creo que Dios supo a dónde me iba a mandar (risas) y espero morir aquí. Vengo de una familia humilde, mi padre es artista plástico y mi madre fue una educadora, ya fallecida”.
“Una cirugía plástica es para toda la vida, entonces es importante determinar quién es tu doctor y cuál es su preparación”.
Con sinceridad admite que sus padres le dieron todo lo que pudieron y los impulsaron a él y a su único hermano a estudiar y a prepararse para la vida.
“Siempre quise ser médico. Recuerdo que mi papá me regaló una ambulancia de juguete y eso fue el mejor obsequio del mundo, porque yo transportaba enfermos de un cuarto a otro y decía que los iba a llevar al hospital judi, judi”.
Los recuerdos de la infancia le pintan sonrisas en el rostro mientras cuenta que, desde tener una tía enfermera hasta sentir afición por la biología en bachillerato, todo lo fue encaminando hasta que se graduó como médico en 2004 y luego como cirujano plástico en 2018.
El proceso que realiza Daniel García en la sala de operaciones es enérgico y minucioso. Con precisión solicita al instrumentista los implementos que requiere, mientras su esposa, la licenciada Yohelis Valles, lo asiste con afán y pericia.
“Hago las cosas como me las enseñaron en la universidad, siguiendo los protocolos. Ahí es donde muchos cirujanos pecan y donde vienen las complicaciones, en no hacer las cosas como están documentadas”.
Carrera de cirujano
Daniel García inició su carrera de médico en 1998 en La Universidad del Zulia (LUZ) y se graduó en 2004. Ese mismo año le ofrecieron la oportunidad de trabajar en una estética y tuvo la posibilidad de ir a Medellín para hacer un diplomado en Medicina Estética y Cosmiatría. Al regresar acompañó a muchos médicos al pabellón y esa experiencia le despertó el deseo por ser cirujano. “Me fui a Falcón, hice una residencia asistencial en cirugía general que duró dos años, luego hice un posgrado de cirugía general por cuatro años más”. Regresó a Maracaibo y cursó la especialidad de Caumatología en el Hospital Coromoto. Al terminar esta formación concursó para la especialidad en cirugía plástica y se graduó en 2018 como cirujano plástico, estético, reconstructivo y maxilofacial.
Armonización corporal vs. cambio radical
Cuando le preguntan a Daniel García ¿qué es lo más loco que le ha pedido un paciente?, de inmediato aclara que existen personas con síndrome dismórfico, que se miran al espejo y observan imperfecciones mínimas o imaginarias como cosas graves.
“Me han llegado con la idea de colocarse una prótesis de mil cc cuando su tórax y su contextura no es para eso. Aquí no hacemos mala praxis, lo ideal es crear una armonización corporal con procedimientos que no salgan de los parámetros naturales”.
Daniel García en pocas palabras
La mujer perfecta: “Es espiritualidad, hermosa como ser humano y buena en todo lo que se proponga”.
Lo que disfruta: “Estar con mi familia, pasar tiempo con mis hijas y mi esposa, compartir en casa y viajar”.
Al ritmo de…: “Me gusta bailar guaracha, merengue, salsa y
vallenato también”.
Una virtud: “Soy lo que soy, honesto, sincero y siempre digo las cosas cara a cara”.
El cirujano plástico asegura que las pacientes quedan contentas con lo que les propone y satisfechas con los resultados del procedimiento quirúrgico, que, sea cual sea, representa un cambio positivo para la imagen de cada persona.
También le han pedido cambios de sexo o injertos en el pene. “En esos casos la cirugía no se ha concretado, primero porque en el camino de los protocolos el paciente cambia de opinión y en el segundo caso, porque fisiológicamente no es correcto”.
Para el médico, la cirugía plástica es la rama quirúrgica de la psiquiatría. “Los pacientes llegan aquí con autoestima baja, trastornos de identidad y nosotros nos encargamos de orientarlos”.
“Perfecto solo es Dios”
El cirujano se afana en esculpir la silueta de su paciente alternando cánulas que podrían compararse con varitas mágicas. Suelta, empuja, saca y rellena, luego completa el trabajo empleando sus manos como rodillo.
“Entre el médico y el paciente debe haber una excelente comunicación, porque nos estamos casando para siempre. A muchas de mis pacientes las he operado varias veces y nos seguimos viendo por años”.
Según el cirujano todo es parte de un proceso. “No podemos hacer un cambio radical en una sola cirugía, el tiempo quirúrgico es importantísimo y no hay que salirse de los parámetros para evitar complicaciones”.
“La tecnología hace el trabajo más fácil pero el toque final lo da la mano maestra del cirujano”.
La cirugía plástica es solo una parte que debe acompañarse de una vida sana y buena alimentación. “Yo siempre les digo que perfecto es Dios y en la vida real lo perfecto no existe, lo que sí puedo hacer es que la persona se sienta mejor consigo misma”
A la larga, Daniel García se afana en ofrecer los mejores resultados porque sus pacientes se transforman en cartas de presentación vivientes de su trabajo. Finalizada la jornada graba en video los resultados que documentan el éxito y Luis Silva concluye la playlist repitiendo “cómo no voy a decir que me gustas”.
Las más buscadas
Al consultorio del doctor Daniel García acuden hombres y mujeres en busca de cambiar partes de su anatomía. De las cirugías más buscadas son las relacionadas con las mamas, ellas para colocación de implantes y ellos para ginecomastias.
Otra muy popular es la mommy makeover que piden las mujeres tras un embarazo y engloba tres cirugías: lipoescultura, dermolipectomia y cirugía de mamas.
También son frecuentes las rinoplastias, otoplastias y lipoesculturas en hombres y mujeres. En cuanto a los tratamientos estéticos los más solicitados son las enzimas recombinantes, rellenos con ácido hialurónico o toxina botulínica para el manejo de las arrugas, y el tratamiento de la hiperhidrosis axilar.