Cuando Pedro Morles Martínez dice “se me hace difícil vender, soy médico y hago lo que mi conciencia me indica” solo intenta establecer la importancia que le da a la buena praxis, más allá de la publicidad en redes sociales, de los estereotipos y los sueños irrealizables de los pacientes.
Con una carrera de doctor que comenzó hace 23 años, 10 como cirujano general y tres como cirujano plástico, Morles Martínez tiene suficiente autoridad y honestidad para decirle a sus pacientes cuáles son los procedimientos que se ajustan a las realidades de cada quien.
Sentado frente al cirujano plástico, con el escritorio de por medio, cada mujer y cada hombre que asiste a su consulta puede contar con un acompañamiento profesional, asesoría y un procedimiento estético o quirúrgico de primera calidad.
El también experto en cirugía reconstructiva nació en Cabimas, estado Zulia. Sus aspiraciones infantiles lo llevaron a soñar con ser policía o bombero, estudió Teoría y Solfeo para ser uno más de una larga familia de músicos, pero una vez convertido en adulto la Medicina lo atrajo y se enfocó en ser cirujano.
“Estudié toda la vida en el colegio El Mundo de los Niños, en 1995 me gradué de bachiller y entré a la Universidad del Zulia, recibí el título de Médico Cirujano en 2002”, recuerda.
Con cariño rememora aquellos inicios: “Dos años de rural, dos de interno, dos de residencia asistencial en cirugía, cuatro años en el postgrado de cirugía general. Ocho años después entré al postgrado de cirugía plástica que duró tres años y ya tengo tres ejerciendo”.

Más allá de la estética
Si le preguntan por qué después de ser un destacado cirujano general eligió especializarse en cirugía plástica, rápidamente responde “me gusta la reconstrucción, no solo la parte cosmética y estética. Atiendo a pacientes con traumas faciales, defectos congénitos y aquellos que quieren corregir algo que por sus genes vino inadecuadamente”.
Con rapidez muestra en la pantalla de su consultorio las imágenes de las operaciones más desafiantes que efectúa. “Por ejemplo, la reconstrucción mamaria es algo cosmético, estético y bonito, pero hay patologías en que la paciente generalmente consulta por dolor cervical, de espalda y cuello”.
En las imágenes se ve el antes con unas mamas gigantes y el después con unos seños pequeños, firmes y redondos, sin necesidad de colocar implantes.

Otros casos emblemáticos son las cirugías reconstructivas en pacientes con cáncer de mama que le ofrecen a las mujeres con enfermedad neoplásica la posibilidad de recuperar sus senos. Tras la mastectomía se colocan expansores para ir estirando la piel progresivamente y luego colocar los implantes.
En los archivos del doctor Morles Martínez destacan otras operaciones reconstructivas como procedimientos quirúrgicos en personas con cáncer de piel en rostro y orejas, víctimas de accidentes y otros.
Las historias más gratificantes que cuenta el cirujano plástico son las de los niños que sufrieron caídas. “Atendí una niña con una herida en la frente que me dijo que ahora ya no iba a ser una princesa. Después de la cirugía le mostré su imagen en el espejo y le dije, ‘viste que sigues siendo una princesa’”.

“No opero por operar”
El doctor Morles Martínez sostiene que es capaz de decirle al paciente ‘no puedo’ y asegura que no opera por operar. “Trabajo con el paciente que de verdad tiene una actitud de cambio sin importar su edad”. Como muestra, el cirujano indica que el 50 por ciento de sus pacientes con traumas por accidente son niños, aunque también atiende a jóvenes que buscan mejorar su figura y adultos que quieren refrescar sus rasgos faciales o modelar alguna parte de sus cuerpos.
Sin embargo, comenta que los pacientes de 40 años tienen una perspectiva más real de cómo se quiere ver. “De cada 10 personas que veo tres o cuatro son hombres, muchos son amigos de 50, 60, 40 y 35 años y notan la diferencia de cómo me veo yo como resultado de la toxina botulínica, las enzimas, los bioestimuladores del colágeno y quieren lucir igual”.
El especialista resalta que se ha vendido mucho el concepto de que la cirugía plástica es para adelgazar o para cambiar algo que no te gusta del cuerpo. Pero lo más importante es moldear, lograr una mejor versión, con resultados únicos para cada paciente, con una realidad favorecedora muy particular.
“Siempre trato de educar a mis pacientes, porque mi profesión es algo serio y lo que quiero transmitir es confianza y seguridad. Cada caso exitoso implica una nueva vida para el paciente y una satisfacción personal. Quiero llegar a las personas que realmente me necesitan.
¿Cómo seleccionar a tu cirujano plástico?
Según los estándares de trabajo del doctor Morles el paciente debe seguir estos pasos:
- Indaga sobre su formación, verifica que está certificado, que cumplió con todo su entrenamiento y que sigue formándose y actualizándose.
- La calidad de su servicio se basa en tres factores: la disposición que tiene al momento de atenderte, si responde a tus preguntas y la manera como te trata.
- Que tenga principios y valores que conecten contigo, que te dé opciones de tratamiento y tenga la honestidad de decirte si eres candidato o no a una cirugía.
- Debes conocer todo el equipo de trabajo de tu cirujano plástico, pero es él como líder, el responsable de tus resultados.
- Que obtengas atención personalizada de parte de cada uno de los integrantes de ese equipo.


Cirujano reconstructivo
Pedro Morles Martínez se destaca en el campo de la estética, pero es en la reconstructiva mamaria sin implantes donde tiene un escalafón entre los tres especialistas que la realizan en Maracaibo. Además ofrece: mamoplastia, mastopexia, dermolipectomía, lipoescultura, otoplastia y blefaroplastia, entre otros procedimientos. Más infoormación en: @dr.pedromorlesmartinez